
Más de un año después he vuelto a viajar a Reykjavik. Aunque creo que ya he estado en Islandia cinco o seis veces es el tercer post que escribo. Tenía mucha curiosidad porque Islandia ha sido todos estos meses el más claro ejemplo de país que hace mal las cosas y quiebra en esta crisis financiera. Quería ver la ciudad, y si seguía dando esa impresión de riqueza, pues hasta hace poco era según Naciones Unidas el país donde mejor se vivía del mundo. Los Islandeses a veces eran incluso un poco arrogantes, muy orgullosos de lo que habían conseguido hacer con su país.
La verdad es que las cosas no han cambiado tanto como esperaba. Los vuelos estaban igual de llenos y no me parece haber visto menos Islandeses en bares y restaurantes. Quizás es que esperaba encontrármelo todo vacío. El único sitio donde he notado menos gente ha sido en el hotel. Los precios han bajado también y a pesar de que la corona se ha devaluado más de un 50%, no es un chollo tampoco. Mucho más barato que antes desde luego, que era una locura, incluso para mi que vivo en Oslo.
He hablado con muchos Islandeses y el tema de la crisis es recurrente.Las opiniones son algo diferentes, por resumirlas un poco:
-La crisis solo afecta a los que han pedido sus hipotecas en divisas extranjeras.
-La crisis solo afecta a los jóvenes.
-Lo peor está por llegar.
A día de hoy , los tipos de interés están sobre el 17% y la inflación cerca del 15%. Los 300 mil habitantes de Islandia en teoría deben hoy cerca de 250 mil millones de euros (es decir, casi un millón de euros por habitante). Según leo, aunque hay muchos culpables, sobretodo el principal ha sido su banco central. El país ha seguido una política monetaria basada en contener la inflación y eso implicaba aumentar los tipos de interés. Parece que esto tiene más sentido en la zona Euro, pero en el caso de Islandia hizó que mucha gente apostara por la corona Islandesa para obtener mayor rentabilidad. La corona subió rápidamente, dando a los islandeses una falsa ilusión de riqueza, que si me compro un Mercedes, un Porche o un Hummer, de los que he visto muchos en Islandia. El resultado ha sido una burbuja, hasta que ha llegado la explosión.
En fin, por terminar con mejor sabor de boca, esta vez me han invitado a cenar en el restaurante The Pearl (Perlan), del que os dejo la foto y que es sin duda un buen sitio para darse un homenaje. Tienen un menú de cuatro platos que ahora es ya bastante asequible. El restaurante es giratorio, parecido al de Nueva York Marriot Marquis y se cena mejor. Tarda unas dos horas en dar la vuelta y puedes ver todo Reykiavik durante la cena.