domingo, 13 de enero de 2008

Cocido Madrileño en Oslo


A los que vivimos fuera de nuestro país, una de las cosas que más nos gustan es poder de vez en cuando comer comida de allí . Así que todos cuando volvemos de casa, traemos la maleta bien llena, que si chorizo, queso, jamón y alguna botellita de vino. Yo siempre hago malabares para no pasarme demasiado del peso, lo cual no es tan importante si viajas con SAS, pero si que lo es con Norwegian (20kg máximo) y sobre todo con Ryanair (15 kilos máximo y 10 Euros por cada kilo de sobrepeso).
Yo suelo hacer casi todas las semanas unas lentejas con chorizo, pero el caso es que en esta ocasión lo hemos llevado un poco más allá y con la visita de mis padres hemos preparado, o más bien mi madre, un cocido madrileño, con sus garbanzos, su tocino, su chorizo, su lacón e incluso sus huesos de tuétano. En Madrid con unos amiguetes , todas los meses, también los de verano, íbamos un viernes al mes a un restaurante a comernos un cocido, y la verdad que es una de las cosas que más echo de menos. El caso es que ahora me ponen los dientes largos con los cocidos que se comen, pero sin que me pierda la pasión de hijo... y sin contar el Charolés, que es el templo del cocido madrileño, sin duda este cocido está entre los mejores que me he comido. Intentaré que todos podamos dar fe y a ver si convenzo a mi madre para que nos organice uno cuando vaya por Madrid.
Al día siguiente, para desayunar, gentileza de Francisca, un mano a mano con un riquísimo queso de tetilla gallego. En fin, que estos homenajes se agradecen más que los del Lofoten Fiskerestaurant :)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro que el queso estuviera bueno, a pesar de andar perdido por Barcelona.
Por cierto, el cocido da ganas de comerlo con la vista.