
Desde que he vuelto de Vilnius, he empezado a usar la mía para ir a la oficina. Ya lo llevaba pensando en hacer desde hace bastante tiempo, pero al final nunca me decidía, y la verdad es que lo tenemos bastante fácil porque aparte de parking tenemos incluso duchas en la oficina. Aunque mi casa queda en lo alto de una colina, para ir a trabajar tardo unos 25 minutos y unos 35 en volver, que es practicamente lo mismo que tardo si voy en metro.
Parece muy bonito, porque haces deporte y cuidas el medio ambiente, pero se me ha hecho un poco duro y la primera semana me han pasado todo tipo de calamidades. Ha llovido sin llevar chubasquero, me he caído en plena bajada y he pinchado de vuelta a casa sin llevar parches. En fin, problemas por falta de experiencia que ya he ido solucionando.
El caso es que hay muchas facilidades para usar las bicis, y como la ciudad no es grande se puede visitar tranquilamente en bicicleta gracias al alquiler de tarjetas para usar las de la ciudad (bysykkel).
Me dio mucha pena leer hace poco que a pesar del éxito del Bicing en Barcelona (el alquiler público y casi gratuito de bicicletas), que llevó a nuestro "querido" alcalde Gallardón a anunciar que Madrid tendría su propio préstamo de bicis, parece que finalmente el proyecto se ha cancelado. El Ayuntamiento echa la culpa a la crisis...

En Oslo las bicis de alquiler están en unos puestos electrónicos como el que veis en la entrada del blog, y que están situados en puntos estratégicos. A través de esta página web te das de alta y pagas 80 NOK (10 €) por cada año y te mandan una tarjeta que tienes que utilizar para desbloquear las bicis. El servicio funciona solo entre abril y octubre porque el invierno es demasiado frio, además de que se necesitarían ruedas especiales. La compañía propietaria es Clear Channel, y sólo pagas la cuota por la temporada. Las puedes usar hasta 3 horas , que dan para recorrer Oslo entero y entre las 6am y las 12 de la medianoche. A la ciudad no le cuesta nada porque la manera de sacar el dinero que cuestan y rentabilizar el negocio es a través de la publicidad que llevan las bicicletas. Ahora que soy ciclista habitual, me he pasado al grupo de ciclistas de la oficina, y me veo envuelto en discusiones con mis otros compañeros, conductores o peatones, sobre quienes tienen más derechos... y es que siempre andan molestando a los amables ciclistas :).
Esta semana vi a uno con una camiseta como esta:
